1-0: El Real Valladolid amarra una victoria de oro ante el Alavés
El Real Valladolid sumó tres puntos de oro ante el Alavés gracias a un gol de Figueredo en el minuto 8. El partido fue de poder a poder, sin grandes detalles para deleitar a la grada, pero con mucha pelea e igualdad. Lo curioso fue que con los buenos futbolistas que había en el campo, el gran protagonista en la mañana de Zorrilla fue el colegiado Mateu Lahoz, que dio todo un desconcierto de silbato: su concepto de las "faltas" es innovador en el fútbol y las infracciones de uno y otro equipo pasaban por alto ante la incredulidad de jugadores y aficionados. Y así, desde el pitido inicial hasta la última jugada. Y esa última acción, cuando pasaban cuatro minutos del tiempo reglamentado, fue una entrada de Torres Gómez a De Lucas en el área. Los jugadores del Alavés se "comieron" al colegiado reclamando la pena máxima, pero el árbitro les debió comentar que si no había pitado ni una falta, menos la iba a señalar en un área y en el tiempo de descuento.
El Alavés demostró en Zorrilla que es un claro candidato al ascenso. A pesar de que Rubén Navarro se rompió en los primeros minutos y Bodipo también cayó lesionado en el minuto 63, siempre dio la cara y tuvo serias opciones de empatar, sobre todo en el último tramo del encuentro, donde, además del posible penalti, Epitié y Thiaw, los sustitutos de Rubén Navarro y Bodipo, crearon mucho peligro.
El Real Valladolid, consciente de la fortaleza del rival y de la importancia del partido, también hizo un partido serio. Figueredo puso la calma con un trallazo fuera del área y a partir de ahí los vallisoletanos se pusieron el mono de trabajo, dispuestos a no dejar escapar esta vez la ventaja en el marcador. Durante la primera parte tuvo más el balón y manejó mejor la situación, aunque no tuvo ocasiones claras de marcar. En la segunda, el Alavés, pese a las lesiones, no perdió la fe y puso toda la carne en el asador; los vitorianos partieron el equipo en dos y su empuje les llevó a rondar el área de Bizzarri, sin que el Real Valladolid acertara a salir al contraataque para fulminar el partido.
Al final, los tres puntos de oro quedaron en casa y el Valladolid salió reforzado de una jornada vital. El próximo capítulo se escribirá en la Copa.
El Alavés demostró en Zorrilla que es un claro candidato al ascenso. A pesar de que Rubén Navarro se rompió en los primeros minutos y Bodipo también cayó lesionado en el minuto 63, siempre dio la cara y tuvo serias opciones de empatar, sobre todo en el último tramo del encuentro, donde, además del posible penalti, Epitié y Thiaw, los sustitutos de Rubén Navarro y Bodipo, crearon mucho peligro.
El Real Valladolid, consciente de la fortaleza del rival y de la importancia del partido, también hizo un partido serio. Figueredo puso la calma con un trallazo fuera del área y a partir de ahí los vallisoletanos se pusieron el mono de trabajo, dispuestos a no dejar escapar esta vez la ventaja en el marcador. Durante la primera parte tuvo más el balón y manejó mejor la situación, aunque no tuvo ocasiones claras de marcar. En la segunda, el Alavés, pese a las lesiones, no perdió la fe y puso toda la carne en el asador; los vitorianos partieron el equipo en dos y su empuje les llevó a rondar el área de Bizzarri, sin que el Real Valladolid acertara a salir al contraataque para fulminar el partido.
Al final, los tres puntos de oro quedaron en casa y el Valladolid salió reforzado de una jornada vital. El próximo capítulo se escribirá en la Copa.
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