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0-1: El Córdoba frena en seco al Valladolid

El colista de la Segunda división frenó en seco la remontada del Real Valladolid que le podría haber llevado al tercer puesto de la clasificación en caso de haber conseguido una victoria de la que estuvo muy lejos en los 90 minutos de juego, sencillamente porque fue inferior a su rival en todos los terrenos.

El Córdoba, que ha reformado su plantilla en un intento desesperado por huir de un descenso que parece seguro, cambió completamente el guión previsto. El equipo andaluz salió muy metido en el partido y se llevó los puntos con total justicia porque jugó mejor que el conjunto vallisoletano, desconcertado por su propia impotencia. Cuando Aduriz remató fuera en el punto de penalti y Víctor hizo lo propio delante del portero Saja, las ideas vallisoletanas se empezaron a nublar en la misma medida que el Córdoba se vino arriba, hasta el punto de que si no marcó en la primera mitad fue de verdadero milagro. Si en el arranque Cristian Álvarez ya había avisado estrellando una falta directa en el palo, en el minuto 24 dispuso de cuatro oportunidades increíbles para adelantarse, con un obús al poste, dos balones que sacó Marcos bajo palos y un envío a bocajarro que se fue de forma increíble por encima del larguero. Esa jugada marcó un antes y un después en el desarrollo del partido. A partir de ese momento, el Valladolid fue un manojo de nervios e imprecisiones y el Córdoba se creció hasta mostrarse como el equipo más serio que ha visitado Zorrilla.

Cabía la esperanza de que la pájara desapareciera con el descanso, pero muy pronto se vio la cruda realidad. Nada más comenzar el segundo periodo, Ruano, uno de los refuerzos del Córdoba en el mercado invernal, dispuso de una buena ocasión y a renglón seguido, en el minuto 49, llegó la jugada del gol: Bertrán se escapó de Ricchetti, el argentino metió el pie por detrás y el colegiado, muy desafortunado toda la tarde, señaló la pena máxima, que transformó Cristian Álvarez. A partir de ese momento la grada señaló a Ricchetti como culpable de la debacle y sus pitos acabaron por desquiciar al lateral, que ya había visto una tarjeta por protestar el penalti y en el minuto 57 vio la segunda amarilla por zancadillear a un contrario cuando estaba casi fuera del terreno de juego.

Con inferioridad numérica, el Valladolid, nublado en la creación y con los balonazos como única arma, estuvo a merced del Córdoba, que si no amplió su renta fue por su déficit en el remate, el único pero que esta tarde demostró el conjunto andaluz en su paso por Valladolid.

El ataque a la desesperada del Valladolid en los últimos minutos estuvo a punto de acabar como en el último partido ante el Salamanca, con un gol salvador. Pero los milagros se dan de vez en cuando y en esta ocasión no tocaba.

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